Cronista / Pese a los efectos de la sequía en el agro, la actividad económica arrancó 2023 con el pie derecho
El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró una suba de casi 3% a nivel interanual, dando una señal de recuperación respecto del registro de diciembre pasado, cuando cayó – 0,1% en la misma comparación. La varación mes a mes, también evidenció una mejoría.
La actividad económica creció en enero 2,9% interanual y 0,3% en relación a diciembre. Ambos registros suponen un comienzo algo más auspicioso respecto del registro anterior, de diciembre de 2022, cuando cayó 0,1% contra igual mes del año anterior y 0,9% contra noviembre.
Aunque modesta, la suba contra diciembre supuso cortar una racha de cuatro meses consecutivos de caída.
De acuerdo al reporte estadístico oficial, con relación a igual mes de 2022, 14 de los sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas en enero, entre las que se destacan las de Pesca (+81,2% ia), Explotación de minas y canteras (+11,5% ia) y Hoteles y restaurantes (+8,6% ia).
El sector Industria manufacturera (+7,1% ia) fue el de mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, seguido por Comercio mayorista, minorista y reparaciones (+5,2% ia).
Por su parte, el sector Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-15,5% ia) fue el único que registró una caída en la comparación interanual, restando 0,7 puntos porcentuales a la variación interanual del EMAE.
El papel favorable de la industria, particularmente subrayado por el Gobierno en cada informe oficial, no parece ser un caso aislado. Según el índice adelantado de actividad industrial que elabora el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, ese indicador mostró un alza de 0,5% interanual, en febrero, y de 10,1% en relación al mismo mes de 2019, lo que podría anticipar un sendero todavía positivo para impactar en la activdad económica en general.
En comparación con el mes anterior, la industria también registró un crecimiento del 0,6% sin estacionalidad y acumuló dos meses consecutivos de resultados positivos, destaca el mismo informe.
Sin embargo, la consultora LCG advierte que, si se observa la dinámica en un intervalo algo más amplio, la imagen dista de ser positiva: «En este sentido, durante los últimos 3 meses (nov-dic-ene), la economía operó 0,7 pp por debajo del promedio de 2022, lo cual exhibe cierto grado de agotamiento«.
LCG incluso buscó ser más abarcativo en su análisis y concluyó que la sequía que aqueja al agro se ve reflejada en los indicadores de actividad, que ya marcan dos meses con caídas significativas, siendo «el mes bajo análisis fue el enero con el nivel de actividad más bajo desde 2010».
La consultora fundada por Martín Lousteau es, además, pesimista respecto de 2023. En primer lugar, estima que la sequía récord tendrá un condicionamiento más palpable que el año pasado en la operatividad del sector industrial una menor disponibilidad de divisas para importaciones.
«Por otro lado, con una inflación que continúa elevada y navega a ritmos del 105-110% anual difícilmente pueda esperarse una recuperación de los salarios y, con ello, del consumo. Asimismo, en medio de una campaña electoral, no somos optimistas a que la inversión sea un factor que traccione la actividad durante este año. En síntesis, proyectamos una caída en torno al 3,8% anual promedio», concluye LCG.