El Cronista / La revancha del dólar ‘cara chica’: crece su demanda entre quienes viajan a vacunarse
El billete de u$s 100 de cara chica se consigue en los arbolitos a $ 3 menos que el cara grande, y en los Estados Unidos lo aceptan sin problemas. Una forma de comprar dólares más económicos.
En la jerga ya se habla de un «dólar vacuna». Hacen alusión al billete de u$s 100 de «cabeza chica», que se paga 3% menos que el de «cabeza grande», por ser una versión antigua que no muchos aceptan, al tener menores medidas de seguridad que los más nuevos.
Denostados en los últimos tiempos por ser considerados algo menos confiables, quienes van a hacer turismo sanitario a Miami han comenzado a inclinarse por los billetes de «cabeza chica». ¿El motivo? En los arbolitos de la calle Florida se puede conseguir entre $ 2 y $ 3 más barato, según el monto, y en los Estados Unidos lo aceptan sin problemas y al 100% de su valor. De hecho, la Reserva Federal de ese país ha ratificado su validez.
Las cuevas tomaron nota: cobran una multa del 3% por recibir billetes de «cabeza chica», pero también pagan 2% más a quienes los compran. De este modo, se quedan con el 1% restante y hacen su diferencia.
«Hay mucha demanda de cambiar cara chica por cara grande, mientras a los billetes de u$s 20 o de menor denominación se les cobra una multa del 5% porque hacen bulto», advierten en las mesas.
También es clave el cuidado que tenga el billete encima: si está dañado y es «cara chica» es posible que lo pongan como dudoso.
A nivel mayorista, los corretas (como se conoce a los grandes operadores) les cobran a las financieras el 1,25% por cambiarles los dólares «cabeza grande» por los de «cabeza chica», y 1,75% por cambiarles los billetes manchados con humedad. Al público, las cuevas suelen duplicarle esos porcentajes «por el trámite de gestión».
Quienes suelen tener mayores complicaciones para colocar los dólares de «cabeza chica» son las cuevas de la periferia, porque al no ser del círculo cerrado del microcentro, se generan más dudas sobre la procedencia de esos billetes.
Es porque está habiendo un crecimiento de la cantidad de billetes de dólares falsos que están circulando, hecho que llama la atención. Por eso, al tener menores medidas de seguridad por ser más antiguos, cuando alguien va con los «cabeza chica» en Argentina a comprar una notebook o un celular, los toman con un 5% de recargo. El año pasado, ese sobreprecio llegó a ser del 10%.
Dado que en las cuevas no los quieren porque hacen mucho bulto, también comenzó a haber recargo para los billetes de u$s 50 o menos. Más común es que lo haya para los billetes de u$s 20 o de menor denominación.
La abundancia de billetes de u$s 20 obedece a que muchos cajeros automáticos de los Estados Unidos sólo dan billetes de esa denominación cuando alguien va a hacer una extracción.
Por eso, cuando se va al banco a retirar los dólares, es clave fijarse que sean de u$s 100 de «cabeza grande», o si se tiene, ir con cambio de dólares para que den todos de u$s 100, ya que hay entidades que sólo tienen disponibles esos billetes, entonces si alguien tiene u$s 199 en la cuenta, solo le pueden dar uno de u$s 100. Excepto que el cliente vaya con un billete de u$s 1 para darle de vuelto.
Los «cabeza chica» se pueden depositar sin problemas en cualquier banco, que están obligados a aceptarlos, mientras que en Estados Unidos se pueden pasar sin inconvenientes, ya que todas las ediciones valen lo mismo.
«En Argentina hay una psicosis con los dólares, pero lo cierto es que todas las ediciones valen lo mismo, todos tienen validez, sin importar si son cabeza chica o cabeza grande. Pero como las casas de cambio luego no los pueden colocar, entonces se arma una bola de nieve, pero el cliente te lo deposita en el banco y se lo tenés que tomar», se sincera un banquero.