La Nación /Guerra en Medio Oriente: la abuela que frenó a los terroristas de Hamas durante 17 horas con té y galletitas

Considerada ya una heroína nacional, Rachel Edri fue recibida en Tel Aviv por Joe Biden, que la felicitó por su admirable sangre fría
EL AVIV.- Rachel Edri, de 65 años, la mujer que abrazó a Joe Biden en el encuentro del presidente estadounidense con sobrevivientes y familiares de las víctimas del ataque múltiple de Hamas en Israel, es ya una heroína nacional.
Rachel mantuvo a raya por espacio de 17 horas a los milicianos que el 7 de octubre irrumpieron en su casa de Ofakim, los trató como verdaderos huéspedes y les ofreció té y galletitas, reportaron medios locales. Así la mujer salvó su vida y la de su marido, David, hasta la llegada de los soldados israelíes, que mataron al comando terrorista y liberaron a la pareja.
Aquel sábado por la mañana debía ser un día de fiesta, la familia festejaría los 68 años de David y Rachel debía ir a comprar una torta. Y, en cambio, llegaron los milicianos de Hamas: “Observé cinco hombres armados ingresar a mi casa por la ventana. Comenzaron a gritar ‘¡Shahid! ¡Shahid!’ [¡Mártires! ¡Mártires!] -narró la mujer a los medios israelíes-. Pensé entonces, ¿qué hago ahora? Pensé en correr hacia la puerta, pero me hubieran disparado por la espalda”.
Rachel y David decidieron entonces seguir las órdenes que les daban los terroristas: “Tomaron nuestros celulares, los rompieron, nos amenazaron con las pistolas. Abrieron los armarios, tiraron todo afuera. Vieron los uniformes de la policía de mi hijos. Comenzaron a gritar: ‘¡¿Dónde están tus hijos?!’ Les mentí, les dije en Estados Unidos”.
Madre de tres hijos y abuela, desde hace 42 años trabaja en el comedor de la base militar de Tze’elim. “Usted me recuerda a mi madre”, le dijo uno de los terroristas. “Soy realmente como tu madre. Puedo cuidar de vos. ¿Qué necesitás?”, respondió Rachel entreviendo una ventana de diálogo. “Les dije si querían té, café y galletitas. Me dijeron que sí. En parte quería sobornarlos”, explicó la mujer que ofreció a sus secuestradores “galletitas que había preparado por la festividad de Yom Kippur; les gustaron mucho en verdad”.
Luego de haberlos alimentado buscó seguir ganando tiempo: “Ustedes podrían enseñarme árabe y yo les enseño hebreo”, les dijo. Y después les preguntó: “Díganme, además de ser shahid, ¿qué otra cosa hacen?”
Solo alrededor de las 2 de la mañana, luego de unas 17 horas transcurridas a merced de los terroristas de Hamas, un operativo policial rescató a los dos cónyuges. Rachel perdió entonces su sangre fría y comenzó a gritar aterrorizada entre los brazos del hijo Eviatar que la esperaba fuera de la vivienda.
Desde aquel día la mujer no consigue dormir: “Cada vez que cierro los ojos veo a los terroristas. No puedo volver a mi casa porque no existe más una verdadera casa, ellos la hicieron un pogromo”.
Agencia ANSALA NACION